Nos falta experiencia. ¿Qué más da?

Nos dicen que la mayor desventaja de la juventud es la ausencia de experiencia. ¿Es así?¿Cuándo se convierte en nuestra fortaleza?

Hay momentos que no parecen tan relevantes en su tiempo pero que, de alguna manera, influyen en muchas decisiones posteriores. Para mí, ese momento fue mi primera semana en la universidad. La recuerdo poco: estaba tan nerviosa e ilusionada por la nueva etapa de mi vida. Todos los acontecimientos de esos días se han transformado con el tiempo en un gran caleidoscopio de colores, ruidos y contornos desenfocados. Sin embargo, en el fondo, lo que sí recuerdo es una cosa que siempre surge en mi mente en los periodos de grandes incertidumbres…

Vyacheslav Bryukhoveckyi, ex rector de mi universidad “Kievo-Mogylyanska Academia”, y sin duda alguna, una de las personas más importantes para la educación en mi país, Ucrania, en su lección introductoria nos contó una historia universitaria, que la mayoría de los estudiantes conocían de memoria: Durante los años soviéticos, “Kievo-Mogylianska Academia” (con casi 400 años de historia) fue convertida en una academia militar.

Bryukhoveckiy, que desde hace mucho tiempo había tenido el sueño de restaurar la institución más antigua en el país, decidió que era el momento oportuno para hacerlo cuando Ucrania se independizó en 1991. Para cumplir su sueño, eligió un camino un poco atípico y original… Apostar por la universidad en un partido de ajedrez. Obviamente, las Parcas y Fortuna estuvieron de su lado porque ganó el partido a su rival, el almirante Korovin, director de la entonces academia militar y famoso maestro de este juego. Después de mucho esfuerzo y trabajo duro, veinte años después, la universidad está entre las mejores del país y “ex alumni” de la Kievo-Mogylianska Academia, es un sinónimo de la palabra inteligente.

Más importante que la historia son las conclusiones que hizo:

“Los jóvenes tienen poca experiencia y todo el mundo os va a decir que es una desventaja. Pero también es vuestra fortaleza. Los años de los errores e intentos te permiten saber si una idea es una locura y cuántos esfuerzos se necesitan para hacerla realidad. Por eso, al tener ese conocimiento a veces tú no te atreverías implementarla. Y la ignorancia de juventud y es la creencia de que todo es posible os permite realizar los cambios grandes”.

Vryukhoveckiy confesó que si entonces hubiera sabido los retos que le esperaban en el camino, quizás nunca hubiera jugado ese día. Qué bueno que nadie no se lo dijo.

Mi historia madrileña

Cuando decidí dejar mi trabajo y mi familia para irme a Madrid y cumplir mi gran sueño de convertirme en periodista, no podría imaginar que me esperaban los años más desafiantes y duros de mi vida.

Mis amigos ucranianos opinaban que esta decisión no había sido muy meditada (por decirlo suavemente), y la verdad, es que tenían mucha razón. Primero por el nivel del idioma. Para los periodistas se exigía un nivel muy alto, superior a un B2. Gracias a mis compañeros de máster y de trabajo, que siempre me echaron una mano en los momentos de desesperación, conseguí “sobrevivir”.

Mis profesores en la Complutense y los redactores de la Agencia EFE, me enseñaron a ser periodista y escribir en una lengua que no era mía. No fue una tarea fácil, ni para mí, ni para ellos. En mis sueños más descabellados nunca hubiera esperado trabajar en una de las agencias de noticias más grande del mundo y que mis noticias se publicarán en periódicos españoles.

Me sucedió de todo:  problemas con los pisos (casi dormí en la calle), robos, caseros locos, muchas dudas de mis capacidades y muchos errores…Sin embargo, Madrid ha sido una fuente de mi inspiración y de crecimiento. Sobre todo, por la gente que he tenido suerte de encontrar.

Chicos, gracias por vuestras historias, vuestros sueños, y por haberlos compartido conmigo porque me enseñaron, en los periodos más difíciles, a luchar por los míos.

Quizás a los jóvenes, nos falta experiencia ¿Qué más da? eso no es un obstáculo. A veces es una fuerza que nos permite implementar ideas locas y hacer grandes cambios.

Por Olha Kosova